Madrid
Casi 500 migrantes traspasaron el viernes la frontera entre España y Marruecos en el enclave de Ceuta, en un momento en que Rabat amenaza con relajar su control migratorio si no se solucionan las disputas agrícolas con la Unión Europea.
La delegación del gobierno en Ceuta contabilizó 498 migrantes que consiguieron saltar la valla fronteriza que rodea este enclave español en el norte de África, de un total de 700 personas que lo intentaron.
Los recién llegados se encuentran ahora en el centro de retención de migrantes de esta ciudad.
Por su parte, Marruecos cifró en 250 el número de personas que trataron de cruzar la frontera, de los que 100 fueron detenidos, según los datos de la prefectura de M'Diq-Fnideq, que también informó de diez agentes y veinte migrantes heridos.
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En Ceuta, dos migrantes fueron hospitalizados, según la delegación del gobierno, uno por una fractura de tibia y peroné y otro por un traumatismo. Once guardias civiles fueron también heridos cuando intentaban impedir el salto.
Las imágenes difundidas por el servicio televisivo del periódico local El Faro de Ceuta muestran a grupos de decenas de inmigrantes errando eufóricos por las calles de Ceuta, a orillas del Mediterráneo.
"I love you mamma, viva España", gritaba un joven con el torso desnudo y envuelto en una bandera europea.
"¡Libertad, libertad!", coreaba otro con la bandera española atada al cuello.
Una vez en territorio español, los inmigrantes tienen derecho a presentar una petición de asilo y de instalarse en la Unión Europea si se la aceptan.
Esta entrada masiva, una de las más importantes desde que se reforzó la valla fronteriza en 2005, se produce en medio de las disputas entre Marruecos y la Unión Europea por la interpretación de un acuerdo de libre comercio sobre los productos agrícolas y la pesca.
A finales de 2016, el Tribunal de Justicia de la UE estimó que en el Sahara Occidental, antigua colonia española controlada por Rabat, este acuerdo no era aplicable teniendo en cuenta el estatuto separado y distinto de este territorio respecto al Reino de Marruecos reconocido por las Naciones Unidas.
Desde entonces, asociaciones que apoyan al Frente Polisario, que reclama la independencia del Sahara Occidental, protestan contra las operaciones comerciales entre Marruecos y los países europeos que afectan a productos llegados del Sahara.
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Marruecos ha manifestado su malestar y amenaza con relajar la vigilancia de sus fronteras.
El ministerio marroquí de Agricultura advirtió el 6 de febrero que Europa se exponía a un "verdadero riesgo de reactivación de los flujos migratorios que Marruecos, a base a un esfuerzo sostenido, ha conseguido gestionar y contener".
"Ahora hace falta que las cosas sean claras, sinceras, sobre el futuro que queremos desarrollar entre Marruecos y la UE", declaró a principios de febrero a la AFP el ministro de Agricultura y Pesca marroquí, Aziz Akhannouch.
"Tenemos un acuerdo de libre comercio, una cooperación beneficiosa para los dos (...) Desgraciadamente, hay zonas de incertidumbre", lamentó.
Preguntado el miércoles por la AFP sobre las relaciones de Madrid y Marruecos y la dependencia española en cuestiones migratorias, el jefe del gobierno español Mariano Rajoy aseguró que las relaciones entre ambos reinos son excelentes.
"A nosotros, desde luego, jamás nos han chantajeado, jamás", declaró. Existe "una magnífica relación en la lucha contra las mafias (...) y en la lucha contra el terrorismo", insistió.
El último intento de entrada masiva a Ceuta se remonta a la noche de Año Nuevo, cuando un millar de inmigrantes trataron sin éxito de saltar la valla de seis metros que rodea el enclave, una empresa peligrosa para muchos que suelen sufrir heridas.
Ceuta es una de las dos fronteras terrestres de la Unión Europea y África junto al enclave también español de Melilla. Está rodeada por una doble valla de ocho kilómetros de largo y vigilada por decenas de cámaras infrarrojas.
Reivindicado por Rabat, es desde finales de 1990 un punto de entrada para la inmigración clandestina llegada del Magreb y África subsahariana.